Es una de las mayores despensas de alimentos del país, tiene paisajes únicos, alberga algunos de los pueblos más lindos de Colombia y cuenta con una gran variedad de técnicas artesanales. Pero, además, en su tierra ocurrió uno de los hechos más importantes de nuestra historia. ¿Quieres saber más?
Boyacá es un departamento rico. Y no solo hablamos de sus minas de esmeraldas.
Esta zona es, además, una de las despensas agrícolas más importantes del país —produce más de un millón 600 mil toneladas de alimentos al año—. Ofrece una amplia variedad de cultivos, desde papa, cebolla y cebada —los más extensos y conocidos—, hasta café, habas, arveja, maíz, trigo, cacao, arándanos, feijoa, uchuva, mora, pera y manzana.
También produce quesos y yogures, trucha arcoíris y deliciosos amasijos, como las almojábanas, las colaciones, las arepas y arepuelas, las mantecadas, los pandeyucas y las garullas.
Paisajes únicos y hermosos pueblos
No obstante, su riqueza va más allá. En su territorio hay una amplia variedad de paisajes: los verdes, como colcha de retazos, que crean los diferentes sembradíos que se ven en sus montañas; los áridos, que ofrece el desierto de La Candelaria, cerca a Ráquira, y los nevados del Parque Nacional El Cocuy.
La laguna de Tota y las suaves arenas de su Playa Blanca, los termales de Paipa y el encanto colonial de Monguí y Villa de Leyva se han convertido, así mismo, en importantes atractivos turísticos para los visitantes pues se les considera dos de los pueblos más lindos de nuestra Tierra Querida.
Igualmente lo son lugares como Ráquira, la capital artesanal de Colombia. Iza, un lugar de curación que alberga unos de los sitios arqueológicos más importantes del departamento, la Cueva de Bochica. Y Macanal, un pueblo en el que se pueden practicar deportes náuticos y senderismo.
Riqueza artesanal
Según Artesanías de Colombia, Boyacá es un departamento rico en oferta artesanal. La cerámica y la alfarería, la tejeduría, la cestería —en diferentes técnicas y fibras—, el torno de la tagua, la ebanistería y la carpintería, y la elaboración de instrumentos musicales y los bocados típicos, son los oficios artesanales más representativos de la zona.
Se destacan, especialmente, el trabajo de la cestería en esparto, fique, chin o caña de castilla, chusque y gaita, así como la técnica de tejido en rollo con paja blanca de Guacamayas. Del mismo modo, el trabajo con galón de seda y lana de oveja, este último hecho en telar vertical o tejido de punto, en dos agujas o croché, con el que se elaboran las famosas ruanas.
Trascendencia histórica
Cada 7 de agosto en Colombia celebramos la Batalla del Puente de Boyacá. Es un día festivo y ponemos la bandera tricolor en las fachadas de nuestras casas o edificios, pero su trascendencia ha perdido fuerza con el paso de los años.
¿Qué ocurrió esa fecha y por qué es tan importante?
Era 1819 y la Campaña Libertadora —que inició poco después de la firma del Acta del Cabildo Extraordinario de Santafé, el 20 de julio de 1810—, liderada por Simón Bolívar, ya había conseguido importantes victorias: primero en Gámeza, el 11 de julio, y luego en el Pantano de Vargas, el 25 de ese mes.
El 7 de agosto, en el Puente de Boyacá, ubicado a 14 kilómetros de Tunja y a 110 kilómetros de Bogotá, se libró la que es considerada la batalla decisiva en la consecución de la independencia de Colombia. Esta aceleró la caída del Virreinato de Nueva Granada y con ello la emancipación del yugo monárquico español.
Una victoria hacia la libertad
Ese día, luego de 77 largas jornadas de confrontación, Bolívar quería tomar por sorpresa al ejército realista que en su travesía hacia Santafé de Bogotá debía pasar por el río Teatinos.
Con el apoyo de Francisco de Paula Santander y José Antonio Anzoátegui, criollos, mulatos, mestizos, zambos, indígenas y negros, en total unos 2.850 combatientes, enfrentaron a 2.670 hombres enviados por el imperio español y comandados por el coronel José María Barreiro.
El ejército realista, que recibió una dura derrota en el Pantano de Vargas, huía hacia Bogotá para unir fuerzas con las del virrey español Juan de Sámano. Pero los patriotas se atravesaron en su camino y el fracaso fue contundente. La tropa libertadora se llevó la victoria y los vencidos tuvieron que rendirse.
Este resultado no solo influyó en la independencia de la Nueva Granada, también en las victorias de Carabobo en Venezuela, Pichincha en Ecuador y Junín y Ayacucho en Perú. De ahí su trascendencia.
Hoy día, el puente de Boyacá es uno de los sitios más emblemáticos de la historia de Colombia. Allí tienen asiento monumentos que recuerdan la gesta independentista: las estatuas de Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y Pedro Pascasio Martínez —el soldado patriota que luego de negarse al soborno del coronel Barreiro lo entregó a Bolívar—. También la Plaza de Banderas, el Arco del Triunfo, el Atril de Piedra, la Llama de la Libertad, la Piedra de la Legión Británica y el Obelisco.
¿Qué otras razones hacen de Boyacá un departamento tan importante para el país? Cuéntanos en los comentarios.