El carriel: renace un clásico antioqueño

Este complemento del vestuario tradicional de los arrieros, campesinos, comerciantes y mineros de esta zona del país es reinterpretado por MARIO HERNÁNDEZ en la colección de bolsos para mujer SANTAFÉ. ¿Qué particularidades tiene su proceso? Te contamos.

El carriel es uno de los elementos más representativos de la antioqueñidad, una importante pieza tangible de nuestra cultura que es resultado del particular mestizaje que tuvo lugar en esta tierra y que nos ha convertido en un país rico en diversidad.

Esta pieza de cuero que se tercia sobre el hombro izquierdo es parte fundamental del vestuario tradicional paisa y un contenedor imprescindible para los hombres que aún se dedican a la arriería, a labrar la tierra, a comerciar de pueblo en pueblo y a la minería en esta región del país.

Su origen está relacionado con la guarnielería y la talabartería española, es decir, “a los trabajos que abastecen de correajes, sillas y demás aparejos a los animales de carga, tiro y montura” (La artesanía en la sociedad actual, Laorden, C. et al.). De hecho, los artesanos lo llaman guarniel.

La palabra como tal se deriva del inglés carry (llevar) y all (todo). Esta expresión, según cita la investigación Marroquinería del carriel antioqueño en el municipio de Envigado, Antioquia, era empleada por los extranjeros que llegaban a la zona para referirse a la bolsa de cuero.

“Se dice que en el carriel se fraguaron los grandes negocios y empresas de Antioquia, que era una herramienta indispensable para el trabajo, no solo por lo que en él se llevaba, sino por la seguridad que representaba para quien lo portaba (Raúl Tamayo, comunicación personal)”, afirma el texto. 

Aunque su uso ha decaído con el paso del tiempo, la investigación asegura que los actuales centros de producción del carriel todavía están ubicados sobre las antiguas rutas de la arriería en Antioquia: Envigado, Jericó, San Pedro y Amalfi. Y en el área metropolitana, se fabrican también en Sabaneta, Bello y Copacabana.

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La reinterpretación de un clásico

Como cuenta Agustín Jaramillo Londoño en El testamento del paisa, hace más de 50 años los carrieles contaban por lo general con dos o tres bolsillos. Hoy no tienen más de nueve, incluyendo las tres secretas o bolsillos disimulados entre los forros. La tapa va siempre forrada en piel peluda y se cuelga mediante una reata de unos tres dedos de ancho, fabricada de cuero delgado y recubierta de charol; algunas van adornadas con ojales metálicos y dibujos hechos con hilos de colores: verde, amarillo y rojo. Gracias a sus características, los arrieros cargaban en ellos todo lo que necesitaban para sus viajes y quehaceres diarios.

Su particular silueta, su versatilidad y su capacidad de almacenamiento inspiraron al equipo de diseño de MARIO HERNÁNDEZ para darle vida a la colección de bolsos para mujer SANTAFÉ, que muestra diferentes versiones contemporáneas y sofisticadas de esta pieza emblemática de nuestros ancestros antioqueños, pero pensada para el mercado femenino.

De formas limpias y prácticas, la colección está elaborada en diferentes tipos de cueros blandos y duros, mates, semi mates y brillantes (nobuk, charol, cuero vacuno liso), en un solo tono o en diversas combinaciones de color.

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