Azulejos colombianos: ¿qué características tienen y por qué son únicos?

Las baldosas que le dieron vida a las cenefas y pisos de las casas de la época de La República en Colombia son particulares y reflejan el singular mestizaje que tuvo lugar en el país. Descubre qué las hace diferentes.

A comienzos del Siglo XX, Colombia no tenía una industria consolidada y menos en temas de arquitectura e interiorismo. Esta situación obligó a los constructores de la época a acudir a materiales importados para atender los requerimientos de vivienda en diferentes partes del país.

Así llegaron a nuestra tierra las baldosas de cemento o pisos hidráulicos, que se convirtieron en un diferenciador sociocultural en ciudades como Barranquilla, donde aún quedan vestigios de su presencia en el casco antiguo y en el barrio El Prado.

Estos azulejos no solo acogieron las corrientes artísticas de la época, también los usos y costumbres de diversas culturas que encontraron en Colombia, y especialmente en la costa Atlántica, un nuevo hogar.

De ahí que sean únicos pues si bien al comienzo se importaban, terminaron por hacerse de manera local, dada la alta demanda.

Características únicas

Según un estudio realizado por el departamento de Arquitectura de la Universidad del Norte (mencionado en el artículo “Identidad de Baldosa”, publicado en la edición No 3 de la revista Intellecta), las baldosas de la época tenían un tamaño tradicional de 20 x 20 cm y eran alegremente decoradas con colores y patrones inconfundibles.

“Tras analizar los pisos de mosaico en los diferentes edificios, los investigadores definieron en ellos tres principales patrones gráficos: algunos mosaicos tienen formas con apariencia de plantas; otros son geométricos, y otros, lineales. Su paleta de colores varía entre siete tonos”, dice el texto.

También explica que los colores se hacían más complejos según la importancia de la edificación o el estrato socioeconómico de su propietario. Estos motivos gráficos cambiaron en el periodo de transición al Modernismo, pasando de patrones con formas de planta a dibujos geométricos, así que era usual que dentro de una misma construcción se encontraran una variedad de diseños de baldosas hidráulicas.

Influencia multicultural

La diversidad de colores y motivos gráficos resulta también de la mezcla cultural que tuvo lugar en el país y sobre todo en la región Caribe en ese entonces. Como menciona Memorias, la revista digital de historia y arqueología del Caribe colombiano, las diferentes migraciones trajeron consigo costumbres y tradiciones que influyeron fuertemente en sus habitantes y eso se vio reflejado, entre otras cosas, en las baldosas.

“De forma general, los pisos del barrio Prado presentan influencias de corrientes artísticas como el Art Nouveau y el Art Deco, al mismo tiempo que son influenciados por el arte románico-bizantino, el arte renacentista, el arte griego y el arte islámico, encontrando posibilidades de mezclas entre lo fitomorfo y geométrico dando como resultado un estilo Ecléctico”, señala la publicación.

Según el artículo, los diseños y las formas plasmadas en la gran mayoría de las baldosas están basadas en una estructura o red formal o cuadrada, cuya característica principal es que está hecha de líneas rectas equidistantes horizontales y verticales formando ángulos de 90° entre ellas. Además, la instalación de los pisos se caracterizaba por utilizar siempre una cenefa alrededor del área (sala, comedor o cocina) que cumplía la misión de cerrar, enlazar o enmarcar la zona.

La nueva versión de Azulejo

MARIO HERNÁNDEZ lanzó en 2020 una colección inspirada en los azulejos y baldosas colombianas. La línea, que se caracteriza por llevar bordado un patrón de mariposas en hilos de colores sobre tela, ofrece un efecto óptico que une tradición y modernidad.

Este diseño repetitivo inédito de MARIO HERNÁNDEZ enriquece la parte frontal de carteras y billeteras, elaboradas en cuero vacuno de apariencia lisa y de formas simples, pero contemporáneas, que muestran, además, hermosos contrastes de color. 

Para el segundo semestre de 2021, la colección se viste con diferentes tonos: el rojo Cayena combinado con azul marino, y Selva, una mezcla de verde y coñac.

En cuanto a modelos, has dos novedades: el baguette Múcura, que puede utilizarse como manos libres o como clutch porque la cadena es removible gracias a un sistema de mosquetones. Y el bolso de mano Suesca, que tiene asa de cadena larga (removible) y manija corta, para llevarlo colgado sobre el hombro o en la mano.

¿Qué opinas de esta nueva edición? Cuéntanos en los comentarios; nos encanta leerte.

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