¿Quién es La Rubia Inmoral y cuál es su relación con MARIO HERNÁNDEZ?

La autora de Pastillas y cheesecake de limón no solo es una creadora de contenido digital con más de 221 mil seguidores en Instagram. También una amante de la moda, la literatura y los animales, que no titubea a la hora de lanzarse a nuevos proyectos. Te damos pistas de lo que se teje entre la escritora caldense y la firma marroquinera.

Si eres una mujer de espíritu joven, muy activa en redes sociales, te gusta la moda —en especial las marcas nóveles— y el feminismo, probablemente hayas oído hablar alguna vez de la Rubia Inmoral, @larubiainmoral.

Quizás seas una de sus seguidoras en Instagram o uno de los cientos de lectores de su relato de auto ficción, Pastillas y cheesecake de limón, de Editorial Espasa, lanzado en 2019. Tal vez no tengas ni idea de quién es, pero a partir de noviembre probablemente eso cambie. La segunda semana de ese mes se realizará el lanzamiento oficial de un proyecto muy especial que se viene gestando desde hace más de un año entre la escritora caldense y la firma marroquinera.

El comienzo de una relación de amistad

Todo empezó por una cartera de la colección MARIPOSAS. Ana María Cardona, nombre de pila de la reconocida creadora de contenido digital, publicó un video en febrero de 2021 en el que esta pieza era protagonista.

La marca decidió contactarla para mostrarle la fábrica, ubicada en el sector de Montevideo, en Bogotá. Lorenzo Hernández, director creativo, fue quien guio el recorrido.

Desde entonces, entre la Rubia Inmoral y MARIO HERNÁNDEZ nació una bonita amistad. Esta se reafirmó durante el evento final de los Premios MARIO HERNÁNDEZ, que tuvieron lugar el 4 y 5 de junio de 2022, en el que la escritora no solo participó como expositora con su emprendimiento de moda, sino, además, como jurado.

Pero las cosas no pararon ahí. Desde antes de la celebración de los premios, la firma ya le había dado marcha a una idea que, como ella, era realmente irreverente.      Todo el equipo creativo de la marca se montó en el proyecto que verá la luz el próximo 11 de noviembre.

Según ella, esa cuenta no era un negocio ni una plataforma en la que comunicara absolutamente nada. “Tenía el nombre de la Rubia Inmoral, pero eran las fotos de mi vida, como cuando salía a un restaurante o me iba de viaje”. Por esos días aún estaba en la universidad y por su carrera se moría de ganas de ser una intelectual reconocida en el mundo. “En ese camino empecé a encontrar una parte de mi personalidad muy salvaje, muy trastornada, sin terapia. No hacía match con nada de lo que me habían dicho que tenía que ser, ni con la vida a la que en realidad quería llegar”.

¿Ana María o la Rubia Inmoral?

En este momento te preguntarás: pero, ¿y quién es La Rubia Inmoral?

Nacida en Pensilvania, Caldas, en 1993, Ana María Cardona Gómez se graduó en Humanidades de la Universidad de Navarra, en España.

La Rubia Inmoral llegó a su vida como una cuenta de Twitter, pero, con el paso del tiempo, este personaje se convirtió en parte suya, “La Ana María cuando más brilla”, decía su psiquiatra. “Vivía entre dos personas: una, La Rubia Inmoral, que estaba en redes, una mujer fuerte que podía con todo, y Ana María, una mujer con un montón de miedos. En realidad, en ese entonces no sabía cómo integrarlas a las dos”, dijo.

Un momento de quiebre

Por como estaban ocurriendo las cosas, Ana María se veía en el futuro con un trabajo en el gobierno; es decir, como una persona muy cuadriculada. “Lo que quería demostrar era lo que guardaba en mi cabeza y para ese entonces creía que había un montón de cosas que me tenían que validar: que me vistiera seria, que no tuviera tatuajes, que hablara de cierta forma y de ciertos temas”.

En el fondo no aspiraba a eso ni a nada similar. “Era lo que mis papás querían para mí, para lo que me habían criado y educado”. Entonces, algo se fracturó en ella; entró en caos total. “Eso fue como a los 22 o 23 años. Pensé que me iba a morir, porque no lograba conectarme con este mundo de una forma en que pudiera crear armonía entre lo que era, lo que le quería mostrar y el mundo en sí. De hecho, al mundo le chocaba lo que era”. Tuvo muchas caídas. “Demasiadas”, asegura. Padece un trastorno bipolar y lleva la carga de una infancia muy difícil que le dejó, también, un síndrome de estrés postraumático. No obstante, la Rubia Inmoral logró abrirse paso en su vida hasta el punto en que un día Ana María dijo: “Ya elegí ser ella. No puedo más con esta farsa… No soy lo que mis papás quieren”.

De las grietas salen flores

A pesar de los choques y de enfrentar un mundo que la mayoría de las veces no la entendía y en su lugar la criticaba, salió a flote lo que en realidad era y cómo quería transitar la vida. “Creo que al principio lo hice de una manera exagerada, pero tenía que vivir eso… Tenía que vivir mi rebeldía de todas las formas posibles para llegar a lo que soy”.

Hoy reconoce a la Rubia Inmoral como una mujer que logró escucharse a sí misma y sacar su fuerza interna. Ese impulso y ese reconocimiento que no encontró en el resto del mundo, lo construyó para ella. De paso, creó una comunidad en redes que ha seguido su renacimiento. Una aventura de autodescubrimiento que la lleva todos los días a aprender y a aceptar que sí puede ser muchas cosas a la vez. “Al final a la sociedad le va a tocar joderse, porque no me voy a amoldar a ella”.

Un profundo amor por las letras

Si bien Ana María es más reconocida por su faceta de creadora de contenido digital (tiene 221 mil seguidores en Instagram) que por su rol de autora, su amor por escribir es de las únicas cosas que siempre ha tenido claras.

“Toda mi vida he escrito. Desde que lo aprendí a hacer, nunca lo he dejado. Me acuerdo que tenía diarios, me inventaba historias y hacía historietas. Fue la forma de poner lo que sentía en cada momento; un recurso para exteriorizar lo que me estaba pasando. Hoy veo la escritura como una de las cosas más sanadoras que existen”.

Sabía que quería ser escritora; por eso, cuando llegó la propuesta de su primer libro, ya tenía claro que eso iba a pasar.

En 2019 lanzó Pastillas y cheesecake de limón, pero en redes escribe todos los días. Por lo general, frases en las que cuenta sus reflexiones, lo que le ocurre y lo que se le cruza por la mente. Sus seguidores sienten una profunda conexión con lo que comparte y algunos, incluso, han encontrado algo de alivio a sus problemas. “Es mi misión. Y hacerlo me sana a mí también. Descubrí mi forma de reinventarme y de sanarme, de renegociar cosas todos los días a través de mi trabajo que, da la casualidad, le llega e inspira a un montón de gente. ¡Qué dicha que sea así!”.

Si quieres saber más del proyecto entre MARIO HERNÁNDEZ y la Rubia Inmoral, descúbrelo en un próximo artículo del blog. colección completa, haz clic acá

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