¿Cómo celebran la Navidad los colombianos?

En nuestro país, cada familia tiene una manera particular de festejar esta época mágica. Sin embargo, hay costumbres que son comunes a casi todas las regiones y que vuelven estas festividades muy nuestras. ¿Cuáles son? Te contamos.

Cuando aún el calendario no ha llegado a diciembre, la magia de la Navidad ya se siente en el ambiente. Al menos en Colombia. 

No pasa un día desde que las tiendas y centros comerciales se despojan de la decoración de Halloween, para que se vistan con los colores que caracterizan a esta época mágica: verde, rojo, blanco y dorado se apoderan de las vidrieras y las luces intermitentes comienzan a titilar. 

Pero no solo el comercio se adelanta al espíritu navideño. Muchos hogares deciden anticiparse al mes oficial de estas festividades para empezar a percibir esa aura tan especial que tiene este momento del año.

Un temprano arranque 

Hace algún tiempo, el comienzo de la Navidad lo dictaba la Noche de las Velitas, que en el país se celebra el 7 y 8 de diciembre (depende de la ciudad) en honor a la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Ese día, velas y faroles iluminan la entrada de casas y edificios. También los parques, las aceras, las terrazas y los balcones. Además, en muchas, ciudades se “enciende” el alumbrado navideño; hoy día, ocurre más temprano.

Armar el arbolito de Navidad y poner el pesebre es el primer plan familiar que se organiza durante la temporada. Grandes y chicos se reúnen para crear una versión propia de cada uno con elementos que mezclan lo religioso, lo fantástico y lo costumbrista… incluso lo improbable. ¿O acaso no has visto un dinosaurio colado entre las ovejas que cuida el pastor?

Novenas entre manjares

El segundo plan son las novenas. Por lo general, si los miembros de la familia viven en la misma ciudad, cada día se hace en un lugar diferente. 

En medio de los rezos, se entonan gozos y villancicos a ritmo de panderetas, sonajeros y cascabeles. Se cuentan anécdotas, se rememora el pasado, se vuelve a la niñez. 

También hay lúdica y ensoñaciones. En muchas familias se juega a los aguinaldos. ¿Lo mejor? Hay diversas modalidades para escoger: pajita en boca, hablar y no contestar, dar y no recibir, beso robado y el sí y el no. La dinámica de estos juegos es que haya un ganador y un perdedor; el vencido debe dar un regalo al vencedor.

Los más pequeños hacen sus cartas al Niño Dios o a Papá Noel con sus peticiones para ese año y sueñan con el día en que estas se harán realidad.

Pero no solo se ora, se juega o se alzan cánticos. También se comparten recetas familiares de amasijos y pasabocas que suelen comerse por tradición en esta época: natilla, buñuelos, hojuelas y empanadas, por solo mencionar algunos. 

La mesa se llena de galletas con motivos navideños que resaltan en medio de la decoración con piñones, canela y velas. Todo tiene un aroma especial… huele a Navidad.

Nochebuena a la carta

El 24 de diciembre es el momento culmen de estas festividades. Aunque los niños son protagonistas y la celebración gira en torno a ellos —y a los regalos bajo el árbol de Navidad—, toda la familia participa.

Este día se acostumbra esconder el Niño Dios del pesebre para que los más pequeños lo busquen. Quien lo encuentra gana algo: dinero o un regalo sorpresa. 

Si no hay peques en casa, también se suele jugar al “Amigo secreto navideño”: con antelación, quienes van a compartir ese día, eligen un papelito con el nombre de otro miembro de la familia, a quien le darán un obsequio esa Navidad.

En Nochebuena, se reza el último día de la novena de aguinaldos, se cantan villancicos y se prende la fiesta. En la playlist de la Navidad a la colombiana suenan éxitos como El hijo ausente, de Pastor López; Arbolito de Navidad, de Tito Ávila; La burrita, de los Corraleros de Magajual; Adonai y Tabaco y ron, de Rodolfo Aicardi; El pájaro amarillo, de Bovea y sus vallenatos; Ron de vinola, de Guillermo Buitrago y el desgarrador clásico de Mamá, ¿dónde están los juguetes? De los Niños Cantores de Prado.

En la mesa se disfrutan recetas de familia que han trascendido generaciones: pollo relleno, ensalada rusa, tamales, ajiaco, sancocho, arroz con almendras y arroz con leche.  

Y cuando la noche va llegando a su fin y el reloj da las doce campanadas (a veces antes), la familia se reúne en torno al árbol para anunciar los regalos (el infaltable “de” “para”) y ver las caras sorprendidas de los niños con sus peticiones cumplidas.

Y tú, ¿cómo celebras la Navidad?

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